Érase una vez un niño que se llamaba Francisco. Tenía 11 años y lo que más deseaba era tener una moto.
Un día Francisco fue al taller de su tío para arreglar el coche de su padre y vio una moto. Era azul con unas franjas negras. Se montó en ella y se imaginó viajando por la carretera.
Pensó que cuando fuera mayor tendría una moto como esa o mejor.
Carpeta Viajera: Alejandro Moya Ruiz.
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