domingo, 24 de abril de 2011

EL NIÑO QUE QUERÍA SER PASTOR

Érase una vez un niño que quería ser pastor.
Un día de tantos el niño se despertó, miró por la ventana y vio un rebaño de ovejas. Le dio mucha alegría y se vistió corriendo, bajó las escaleras de su casa y cuando fue donde estaban las ovejas, ya habían desaparecido. Entró a su casa muy desilusonado, miró por la ventana y las ovejas aparecieron. Pensó que estaba soñando y que su sueño no desaparecería si él no salía de su casa. Se quedó mirando la ventana un buen rato sin querer salir por si desaparecían.
La madre de este niño, al ver lo que ocurría, le dijo: “Hijo, sal, las ovejas son para tí”. El niño salió a ver si las ovejas eran de verdad. ¡En realidad eran de verdad ¡ ¡ y eran suyas!, ¡Qué alegría!. Estaba muy ilusionado pero tenía un problema: ¿dónde las metería?.
Les hizo un establo y les buscó un perro muy inteligente.
Cada día salía con sus ovejas al campo, le gustaba mucho, pero no soportaba ni el frío, ni el calor. No estaba seguro de si le gustaba este oficio o no...Lo que sí tenía muy claro era que para cualquiera de ellos tenía que estudiar mucho en el cole y que con buenas notas llegaría a conseguir la profesión o el oficio que fuera mejor para él.

Carpeta Viajera: María Aránega Dengra

No hay comentarios:

Publicar un comentario