Vivía un niño en un pueblo con sus padres.
Un día sus padres se fueron de viaje. El niño estaba solo en su casa e iba todos los días a la escuela.
Un día, cuando salió de la escuela y llegando a su casa, se encontró un perrito y lo cogió porque estaba abandonado. Cuando llegó le dio de comer y el perro le tomó cariño. Cuando vinieron sus padres les contó lo del perrito. El padre preguntó que cómo se llamaba y él le dijo que Tobi. El niño entonces les preguntó si se lo podía quedar y le dijeron que no. El perro se puso a llorar y le dijeron que parara de llorar y, después de mucho rato, el perro se lo quedó.
José Ángel Sánchez Soriano
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